En general, la sociedad es mucho más intolerante ante una mujer que sufre una adicción. Esta circunstancia lleva a muchas mujeres a esconder su problema durante mucho tiempo, lo que agudiza el sufrimiento de la persona y la problemática que envuelve a la enfermedad.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta las diferencias de género en el trabajo terapéutico. En nuestro centro, somos conscientes de todo ello y adaptamos cada tratamiento a nuestros pacientes.