Utilizamos para ello nuestra formación, ya no sólo conductual, sino utilizando técnicas emocionales que llegan a la raíz de los problemas, nos ayudan a vivenciarlos y, gracias a ello, saber a qué nos enfrentamos y tomar la decisión adecuada.
Por mucho que queramos a nuestra pareja, el amor no es suficiente para mantener una relación sana. Para caminar juntos es necesario escucha, respeto y un interés común en seguir adelante.